Sueños Lúcidos | Mariana Vernieri


Los sueños pueden ser vistos como una sucesión de imágenes inconexas, aparentemente sin sentido, reflejo de una actividad mental que no cesa completamente mientras el cuerpo descansa. Pero en realidad, son mucho más que eso. Los sueños son, en primer lugar, la conexión más directa que tenemos con nuestro inconsciente. Nuestra mente conciente es como la pequeña punta de un iceberg que aflora a la superficie. Luego tenemos el preconciente, y por debajo, una enorme masa oculta, que ocupa aproximadamente el 80% de nuestra psique, y ésta es precisamente nuestra mente inconsciente.

En ella almacenamos toda la información que percibimos desde que nacemos. De hecho, si no podemos recordarlo todo concientemente no es por una falla de "almacenamiento" sino por una falla en la recuperación de la información. Si luego de subir una escalera nos preguntan cuantos escalones hemos subido, no lo sabremos. Pero bajo hipnosis podremos recordarlo con precisión.

Toda esta información queda registrada en el inconsciente y condiciona nuestra conducta, nuestros sentimientos, nuestros instintos y nuestras emociones.

Mientras que la mente conciente es intermitente y se apaga cada noche cuando nos vamos a dormir, el inconsciente permanece despierto las 24 horas, sin descansar. Y es durante las horas del sueño, cuando la conciencia calla, cuando mejor podemos escucharlo.

En los sueños, entonces, nos habla mediante un lenguaje universal, de símbolos, imágenes y simplificaciones, nuestro yo más profundo. Si sabemos escucharlo -e interpretarlo- tendremos un íntimo contacto con nuestro más preciado amigo: nosotros mismos.

Así, hay gente que se propone usar los sueños a su favor, mediante técnicas sencillas de interpretación. Por ejemplo, antes de ir a dormir se concentran y piensan: "El sueño de esta noche me dará la respuesta a x interrogante de mi vida ". Al despertar, recordando la pregunta que uno le hizo a su inconsciente, y mirando al sueño que hemos tenido con esa lupa, encontraremos una respuesta que viene directamente de las profundidades de nuestra mente.

Pero si bien los sueños REM comunes son importantes, y nos ayudan a conocernos mejor, ya sea que formulemos o no preguntas antes de tenerlos, el mundo onírico nos abre la puerta a un universo aún mucho más apasionante: Los sueños lúcidos (o sueños concientes).

¿Nunca les ha pasado que mientras soñaban se daban cuenta de que estaban soñando, y permanecían en el sueño, aunque con la conciencia típica del estado de vigilia?

La mayoría de las personas han tenido al menos alguna vez este tipo de experiencia espontáneamente. Se trata de un estado de conciencia distinto (no es ni sueño ni vigilia) con ondas cerebrales de características totalmente distintas a las del sueño REM no conciente.

A partir del momento en que tomamos conciencia de estar dentro de un sueño, tomamos también el control de nuestro sueño y se abre un abanico infinito de cosas que podemos hacer. Nuestro inconsciente se despliega ante nuestros ojos y allí estamos nosotros, con todas nuestras luces, para navegar concientemente dentro de él.

Personalmente, desde chica he tenido sueños lúcidos espontáneos, y en mi adolescencia fui aprendiendo las técnicas para provocarlos y dominarlos. Desde entonces he hecho todo tipo de experimentación con ellos, y se han convertido en una parte importante de mi vida.

Los invito a seguir informándose sobre este tipo de sueños, sus múltiples posibilidades, que tipos de sueños lúcidos hay, y cómo llegar a tenerlos tantas veces como queramos.

Fuente : unicavia.com

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