Beneficios del Aceite de Oliva
Algunos estudios científicos sugieren que el aceite de oliva es una de las principales razones por las que los habitantes del Mediterráneo presentan la mitad de casos de cáncer que los de Estados Unidos. Este simple dato es suficiente para llamar la atención.
El aceite de oliva ayuda al organismo a la asimilación de las vitaminas A, D y K, y contiene ácidos esenciales que nuestro cuerpo no es capaz de producir. El aceite de oliva es una fuente líquida de juventud que desacelera el proceso de envejecimiento, beneficia al hígado, regula los movimientos del intestino y ayuda a mantener el apetito sexual (¡algunos dicen que el aceite de oliva es afrodisíaco!) Además, la ciencia ha probado que una dieta rica en aceite de oliva estimula el sistema circulatorio.
El aceite de oliva consiste en grasas monoinsaturadas en un 75%. Pero, ¿no es verdad que las grasas son dañinas para el organismo?
De hecho, nuestros organismos necesitan grasas. Alrededor del 30% de nuestra dieta diaria debe consistir en grasas; es probable que este dato sea difícil de aceptar cuando hemos sido bombardeados por la idea de que la grasa es mala. Sin embargo, es necesario discernir entre grasas “buenas” y “malas”. La diferencia entre ambas es enorme.
Las grasas deseables en nuestra dieta son las grasas insaturadas. Estas grasas se encuentran en aguacates, aceite de oliva, pescados y otras sustancias naturales. Tom Venuto, entrenador de fisiculturismo y autor del libro Burn the Fat (Quema la Grasa), opina:
El tipo correcto de grasas puede aumentar su energía, incrementar la quema de grasas, aumentar las hormonas formadoras de músculo, incrementar su fortaleza, mejorar el funcionamiento de la insulina, mejorar la textura de su piel y fortalecer sus articulaciones (Venuto, 2003: 156).
Por otro lado, debemos evitar las llamadas grasas saturadas. Los alimentos como roquillas, tortas, patatas fritas, alimentos fritos, comida rápida etc. son algunas de las peores cosas que podemos introducir en nuestro organismo. Al contrario que las grasas insaturadas, estas grasas atascan nuestras arterias, aumentan nuestros niveles de colesterol, pueden provocar cáncer, ¡y nos engordan! En resumen, las grasas y aceites “buenos”, insaturados, son esenciales para una vida saludable. Estimulan el apetito y ayudan en el proceso digestivo. El aceite de oliva no es sólo delicioso, sino una manera estupenda de obtener las grasas diarias de nuestra dieta de manera saludable y exquisita.
Fuente: Aceite de Olivas Rafael Salgado
El aceite de oliva ayuda al organismo a la asimilación de las vitaminas A, D y K, y contiene ácidos esenciales que nuestro cuerpo no es capaz de producir. El aceite de oliva es una fuente líquida de juventud que desacelera el proceso de envejecimiento, beneficia al hígado, regula los movimientos del intestino y ayuda a mantener el apetito sexual (¡algunos dicen que el aceite de oliva es afrodisíaco!) Además, la ciencia ha probado que una dieta rica en aceite de oliva estimula el sistema circulatorio.
El aceite de oliva consiste en grasas monoinsaturadas en un 75%. Pero, ¿no es verdad que las grasas son dañinas para el organismo?
De hecho, nuestros organismos necesitan grasas. Alrededor del 30% de nuestra dieta diaria debe consistir en grasas; es probable que este dato sea difícil de aceptar cuando hemos sido bombardeados por la idea de que la grasa es mala. Sin embargo, es necesario discernir entre grasas “buenas” y “malas”. La diferencia entre ambas es enorme.
Las grasas deseables en nuestra dieta son las grasas insaturadas. Estas grasas se encuentran en aguacates, aceite de oliva, pescados y otras sustancias naturales. Tom Venuto, entrenador de fisiculturismo y autor del libro Burn the Fat (Quema la Grasa), opina:
El tipo correcto de grasas puede aumentar su energía, incrementar la quema de grasas, aumentar las hormonas formadoras de músculo, incrementar su fortaleza, mejorar el funcionamiento de la insulina, mejorar la textura de su piel y fortalecer sus articulaciones (Venuto, 2003: 156).
Por otro lado, debemos evitar las llamadas grasas saturadas. Los alimentos como roquillas, tortas, patatas fritas, alimentos fritos, comida rápida etc. son algunas de las peores cosas que podemos introducir en nuestro organismo. Al contrario que las grasas insaturadas, estas grasas atascan nuestras arterias, aumentan nuestros niveles de colesterol, pueden provocar cáncer, ¡y nos engordan! En resumen, las grasas y aceites “buenos”, insaturados, son esenciales para una vida saludable. Estimulan el apetito y ayudan en el proceso digestivo. El aceite de oliva no es sólo delicioso, sino una manera estupenda de obtener las grasas diarias de nuestra dieta de manera saludable y exquisita.
Fuente: Aceite de Olivas Rafael Salgado
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